Gandeiría Palmeiro
La robotización del ordeño ha supuesto un antes y un después en Gandeiría Palmeiro. La apuesta por la tecnología no solo ha mejorado la calidad de vida de los animales, sino que también ha permitido gestionar la explotación de forma más eficiente, con la vista puesta en seguir evolucionando en el futuro. Nos lo cuentan en las líneas que siguen dos de los propietarios, los hermanos Tamara y Miguel Fernández Labrada.

Gandería Palmeiro es el resultado del esfuerzo de tres generaciones. Todo comenzó con los abuelos de Tamara y Miguel Fernández, siguió con su padre y ahora son ellos quienes lideran esta granja.
En el verano de 2024, pensando en garantizar una mejor calidad de vida para ellos y para sus animales, apostaron por la robotización del ordeño e iniciaron esta nueva etapa el 25 de julio con dos unidades del robot DeLaval VMS™ V300.
Robotización del ordeño junto a un equipo técnico de confianza
Uno de los aspectos fundamentales que llevó a este negocio a elegir el sistema de ordeño robotizado de DeLaval fue la confianza en sus distribuidores. Miguel Fernández explica que, antes de tomar la decisión, consultaron con otras ganaderías que ya trabajaban con la marca y recibieron referencias muy positivas. La cercanía y el compromiso del equipo técnico fueron determinantes en su elección, algo que quedó patente desde la instalación de los robots.
“El montaje lo realizamos aprovechando un puente festivo, ya que tanto mi hermana como yo trabajábamos fuera en aquel entonces. Incluso en esos días, el equipo de DeLaval estuvo aquí en todo momento, ayudándonos en cada detalle, hasta metiendo animales en el robot”, señala Miguel. Tamara Fernández también destaca el apoyo constante de los técnicos durante el proceso de transición. “Han estado muy presentes desde el primer día, no solo en la instalación, sino durante todo este primer año. Nos han ayudado con dudas, con el mantenimiento y con cualquier necesidad que surgiera. Han sido un gran respaldo para nosotros”.

Más allá del soporte técnico, los hermanos Fernández valoraron las características particulares de este sistema de ordeño de DeLaval a la hora de tomar la decisión. Miguel destaca especialmente la opción de limpieza individualizada y la posibilidad de colocación manual. “Nos pareció muy interesante poder trabajar en el foso y realizar tratamientos como los secados de manera más cómoda y efectiva”, manifiesta.
Una de las ventajas que más aprecian es la copa de limpieza, que cuenta con un circuito individual para la higiene de los pezones y la retirada de los primeros chorros de leche. También subrayan la funcionalidad del foso, sobre todo para tratamientos intermamarios y secados.
"El hecho de poder colocar manualmente de ser necesario nos ayuda mucho en el caso de las primíparas, que son más nerviosas. Las primeras veces lo hacemos de forma manual para que se acostumbren mejor al sistema. Además, nos resulta útil en los primeros días de transición, cuando algunas vacas necesitan una ayuda extra" añade Miguel.
El proceso de adaptación, recuerdan, no fue inmediato. Según Tamara, la transición de la sala de ordeño al robot fue un reto tanto para ellos como para sus animales. “Al principio fue un cambio duro y lento, pero, una vez asentados, hemos visto que el manejo es muy sencillo y que nuestros animales están mucho más cómodos”.

Un rebaño más tranquilo y productivo
Uno de los cambios más evidentes en Palmeiro desde la introducción del ordeño robotizado ha sido el comportamiento del rebaño. Miguel señala que los animales ahora están mucho más tranquilos y que su movimiento es más armónico. “Antes, con la sala de ordeño, se movían en lotes y seguían una rutina muy marcada: iban a ordeñarse, comían y se tumbaban todas juntas. Ahora el tráfico está más repartido a lo largo del día, lo que ha hecho que las veamos más relajadas”, explica.
Otro aspecto positivo ha sido el aumento tanto en calidades como en producción, principalmente gracias a la posibilidad de realizar un tercer ordeño. “Antes solo hacíamos dos ordeños en una sala 2x5. Con los robots hemos notado un incremento significativo en la producción”, comenta.
Tamara respalda esta afirmación y detalla que el aumento ha sido de aproximadamente dos litros por animal. “El último mes que hicimos control lechero antes de cambiar al robot, estábamos en unos 35 litros por vaca. Ahora estamos en 37”, señala. Además, destaca que la calidad de vida de los animales ha mejorado notablemente. “También la nuestra. Sigue habiendo trabajo, pero ahora es más liviano y fácil de gestionar”, afirma.

La modernización de la explotación no se detiene aquí. Los hermanos Fernández tienen claro que el futuro de Gandeiría Palmeiro pasa por seguir optimizando sus instalaciones. “Nuestra idea es seguir ampliando y montar un tercer robot”, adelanta Tamara. De hecho, la nave se diseñó pensando en esa posibilidad.
Además de los robots de ordeño, también han incorporado otras soluciones tecnológicas de DeLaval, como los collares de detección de actividad y el robot de alimentación DeLaval OptiDuo™. Miguel explica que antes no contaban con ningún sistema de empuje de comida y que este cambio ha sido clave para garantizar que los animales tengan acceso a alimento las 24 horas del día. “Nuestra casa no está próxima a la nave, así que hay muchas horas en las que no hay nadie aquí. Con el DeLaval OptiDuo™, conseguimos que la comida esté siempre accesible para el rebaño”.

Datos de la granja
Localización: Ventín, Silva (Pol, Lugo)
Propietarios: Tamara Fernández Labrada, Miguel Fernández Labrada, Manuel Fernández Reija y María del Mar Labrada López
Vacas en ordeño: 110
Media de producción: 37 litros/vaca/día
Porcentaje de grasa: 4,10 %
Porcentaje de proteína: 3,40 %
Recuento celular: <100.000 céls./ml